Un ángel me ha contado, que hace mucho tiempo atrás había una joven que paseaba por el bosque.
Sin darse cuenta se alejó mucho de su casa y se perdió. Por fortuna o por desgracia, se encontró a un joven que buscaba leña para el fuego que calentaría esa noche que ya caía y prometía ser muy fría.
Se toparon frente a frente y sus ojos se encontraron naufragando en el instante. No dijeron palabra solo se miraban. La tomó de la mano y como si se conocieran de siempre se besaron.
Con una sonrisa en sus labios, el joven la llevó a su casa y desde esa noche empieza un amor como nunca visto, mágico y sufrido.
Los jóvenes se encontraban todos los días y mientras más se amaban, las flores mas hermosas crecían. Se vieron florecer especies raras, nunca antes vistas.
Pero a este amor que nunca se había visto de tal magnitud, un mago que andaba cerca cuando los jóvenes se estaban amando, miro que a su alrededor crecían flores. Se dijo el mago así mismo: “Amor tan grande jamás mis ojos han visto, a prueba los pondré y si se reconociesen aun después de mi conjuro, les regalaré todas sus próximas vidas juntos”.
A la mañana siguiente, ella estaba convertida en una pequeña hadita.
Y el joven, fue a buscarla como todos los días.
Ella muy triste lo esperaba posada en una extraña rosa azul, pensando en como su amado la reconocería.
El va al lugar de siempre buscando a su amor, no la logra ver, pero siente el aroma de su mujer. Entonces notó la extraña y hermosa rosa azul. Y llegó a ver al hada que esperaba sentada. El la reconoció y la tomó en su mano y quedaron como en el principio, solo mirándose a los ojos.