
Cuentos Infantiles Para Adultos I. La F?bula De Las Flores De La Paz
Este es el primero de una serie de cuentos que ir? publicando y que son versiones de historias que invento para que mis ni?os -de cinco y diez a?os- vayan contentos a dormir. A veces, improviso sobre la marcha sencillas moralejas que incorporo a la historia, y algunas de ellas me dejan pensando que har?a mejor en aplic?rmelas a mi mismo?
As? que, aunque un grano de arena no cambie la grandeza del desierto; este es el grano de arena que traigo para que otros padres tengan sencillamente una nueva historia que contar a sus hijos, o para que otros adultos tengan una idea positiva sobre la que pararse a pensar? Y dice as??
Hace muchos, muchos a?os, en un pueblo junto al mar viv?a una pac?fica comunidad de personas pr?speras y felices. El mar luc?a de un azul que se confund?a con el cielo, soplaba una fresca brisa que animaba a los ni?os a jugar en los jardines y a los adultos a pasear compartiendo historias? las nubes dibujaban un cielo diferente cada d?a, y las lluvias eran suaves y siempre bienvenidas? Pero lo que realmente hac?a feliz a las gentes del lugar, lo que daba a esta perdida villa su particular alegr?a, era la belleza de las flores que crec?an en cada uno de sus rincones…
Se llamaban las flores de la paz, y eran tan hermosas, que su simple contemplaci?n hac?a olvidar todos los problemas de aquel que las observara. Su color estaba lleno de matices cambiantes, su aroma era chispeante y alegre y desprend?an una luz especial que hac?a brillar como polvo de estrellas a los miles de abejitas enanas que revoloteaban siempre alrededor de sus p?talos?
Sin embargo, no siempre fue as?. Hubo un tiempo en el que est?s m?gicas flores s?lo crec?an dentro de los jardines del Palacio del rey. Durante generaciones, los monarcas supieron del poder de estas flores y las guardaron para ayudarse en la tarea de resolver los problemas de sus gentes. Pero, un d?a ya lejano, un sabio rey reflexion? sobre su responsabilidad, y decidi? que las flores deber?an ser para todos. Si su tarea consist?a en garantizar lo mejor para las gentes locales, esas flores eran lo mejor que hab?a en aquel lugar y deb?an ser compartidas.
Pasado un tiempo, llegaron a desaparecer los conflictos, las pendencias callejeras, y hasta las clases sociales… Las flores eran tan milagrosas que satisfac?an a los ricos hasta el punto de que se ve?an motivados a compartir su riqueza. Los pobres olvidaban sus penurias y los enfermos -as? como los enamorados no correspondidos- olvidaban su dolor al ser embelesados por tanta hermosura…
Definitivamente las flores trajeron la paz. Y el rey decidi? dictar su ?ltima ley:
Debido a que la paz era tan grande, no hac?a ya falta autoridad para velar por ella, as? que renunci? a su cargo e instaur? que, desde aquel d?a, todos los ni?os y ni?as?de la aldea, al menos una vez y -a ser posible- el d?a de su s?ptimo aniversario, ser?an nombrados pr?ncipes del reino.
Su tarea como pr?ncipes consistir?a en asegurarse de que no faltasen flores en ning?n rinc?n de la aldea. O lo que es lo mismo, en asegurarse de que no faltaran sonrisas en el coraz?n de ninguna de las personas del reino…
Hac?a muchos a?os desde que empez? aquella tradici?n. De hecho, el peque?o Dalindo recordaba muchas de las historias que su madre, su abuelo y su hermano mayor, Didaco, le contaron del maravilloso d?a en el que fueron pr?ncipes. Aquella noche, el recuerdo de aquellas historias le daba vueltas y m?s vueltas y no le dejaba conciliar el sue?o, ??estaba tan excitado!!… ma?ana cumpl?a siete a?os y ser?a su gran d?a. Todos confiaban en ?l y ?l confiaba en s? mismo. Dalindo era un ni?o feliz y confiado como todos los que se criaban en aquel m?gico reino, as? que no era temor, ni inseguridad, era sencillamente emoci?n en estado puro lo que le invad?a en aquella noche de espera…
Pero al final se durmi?, y casi sin darse cuenta estaba oyendo las voces de sus seres queridos anim?ndolo…”vamos Dalindo, v?stete ya, que hoy es tu gran d?a?”
Lleg? a los jardines del antiguo palacio, que segu?a siendo el lugar donde m?s hermosas crec?an las flores, y comenz? ilusionado a llenar la enorme mochila con la que se dedicar?a a recorrer las calles durante las pr?ximas horas.
Contento y emocionado, empez? a repartir flores entre todos aquellos que parec?an necesitarlo y entonces? sucedi? el milagro? ??Cu?nto m?s daba, m?s libre se sent?a!!…??Cu?nto m?s compart?a, m?s ligera era su carga!!…
Se cruzaba con viejecitas cargadas con la compra diaria, se cruzaba con amigos del colegio y con ni?os con los que no acostumbraba a compartir sus juegos? Se cruz? con muchas personas diferentes, pero siempre con id?ntica actitud e id?ntico resultado: al acercarse a ellos, ?l peque?o Dalindo luc?a una sonrisa, y al despedirse, la sonrisa luc?a en la cara de ambos?
??Cu?nto m?s daba, m?s libre se sent?a!!…??Cu?nto m?s compart?a, m?s ligera era su carga!!…
Conforme pasaba el d?a, Dalindo se sent?a m?s y m?s feliz, y entonces su cara resplandec?a de tal forma que mucha gente se desped?a de ?l, feliz y aliviada, sin siquiera reclamarle la flor? tan entusiasmado y absorto estaba Dalindo que no se dio cuenta de que se qued? sin flores
Y entonces sucedi? el segundo milagro: daba igual que ya no le quedaran flores, porque ???l era la flor!!… el tambi?n ten?a luz propia, y brillo, ?l tambi?n pod?a alegrar a las personas????l era la flor!!…
Entonces, el peque?o Dalindo sonr?o con m?s fuerza y record? las palabras de los viejos del lugar? “si escuchas a tu coraz?n, el d?a en que seas pr?ncipe descubrir?s dos milagros”? La sonrisa del peque?o Dalindo se hizo ?un m?s intensa y se dio cuenta de que estos dos milagros, si ?l quer?a, pod?an acompa?arle siempre: nunca olvidar?a que cuanto m?s daba,? mas ligero se sent?a, y adem?s,?pod?a dar y seguir teniendo porque ?l mismo era el regalo?
Cuando volvi? a casa encontr? a su madre, a su abuelo y a su hermano Didaco esper?ndole ilusionados, con l?grimas en los ojos. Al ver a Dalindo, todos reconocieron esa sonrisa? la sonrisa de quien acaba de ser testigo de un milagro? ya hab?a un hombre m?s en la familia, ya hab?a un nuevo habitante digno de disfrutar de aquel maravilloso reino?
Profesor e investigador adscrito al Departamento de Física Aplicada de la
Univ. Politécnica de Valencia desde 1996. Forex trader online desde 2005. Blogger desde 2009… y lo más importante, padre de dos niños maravillosos
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