Existía en un pueblo, una familia conformada por una madre, sus hijos y un abuelo. Donde los hijos no comprendían ¿Por qué no existía la figura paterna en el hogar? En el centro educativo, siempre preguntaban por el Papá, pero no sabían que contestar, fueron creciendo y no sabían ¿cómo expresar sus sentimiento aquel señor que le había, dado la vida y era su Padre?, donde el alcohol y la mala vida le estaba rebatando la vida sin el saberlo.
Hoy en día el deseo de superación, de ser buenos padres y no ser el ejemplo vivo de aquellos momentos de tristeza, trabajo, soledad… Que se vivió en la infancia, adolescencia y juventud… los han llevado a ser mejores cada día, cada uno con sus dificultades encontrada en el camino, con obstáculos difíciles de rebasar, pero gracias a la fortaleza de aquel que todo lo puede (Nuestro creado) han sido más llevadero.
Es hermoso observar cómo se puede cambiar lo que en la vida, se podría decir se aprendido con el ejemplo, como el vivir de casa en casa, con personas con diferentes costumbre, han fortalecido, dejando un aprendizaje, positivo y una madures para poder discernir cuales camino se debe caminar y decir no aquellas cosas que nos dan alegría momentánea.
En la vida uno puede elegir ser una buena o mala persona, no importa quienes son o han sido tus padres. Ser bueno y corregir lo malo, está en tus manos.