Esta carta es despedida, quizás jamás llegue a tus manos, es lo más probable, me gustaría expresarte el cómo me siento por tu ausencia, no lo niego he llorado demasiado, he querido gritar, patalear y demás contar que el dolor sane.
Pero hoy tuve un tiempo para reflexionar y pensar en lo que fue nuestra relación y efectivamente no hubo una, nuestra relación estuvo basada en sexo y placer, jamás sentí en ti un apoyo moral o emocional, o de algún otro tipo, ¿Que si duele perderte? No Miguel, no me dueles tú, me duele no volver a tener con quien salir, con quien bailar, o con quien pasar un rato agradable, así como hay mujeres para un rato, también hay hombres de la misma manera, y tú fuiste uno de esos, no imagino mi vida a lado de un hombre como tú, que viva en la mediocridad sin esperanzas de crecer como persona, como padre, hijo, amigo incluso como amante.
Ahora que analizo y reflexiono ¿por qué lloro por ti?, lamento decirte que no lloro por ti, sino porque eso que tengas otra mujer duele, pero duele el orgullo, duele el que tú no lo sepas, duele sólo eso, jajaja… Y sí, me vendí como la mejor, como la más linda y pura pero no lo fui, yo también te mentí, yo también disfruté porque muchas veces estuve con otros hombres, si, “así es” “hombres”, no sólo fue uno… Fui mucha mujer para ti, tuve que enseñarte cosas que desconocías, ninguno de los dos nos valoramos ni nos respetamos, mucho menos nos quisimos, así que hoy me despido con gusto, agradeciéndote los buenos ratos, me gustaría ofrecerte una amistad, pero desafortunadamente soy más selectiva en mis amistades que en mis parejas.
Así que sólo me queda desearte muchas bendiciones, que te vaya bien, porque no te guardo ningún rencor, al contrario, te agradezco que me hayas dado motivos para buscar a Dios, creo que es una de las razones por las que te puso en mi camino, eso y que me diera cuenta que a mi alrededor hay gente que me quiere y mucho, que tengo familia y amigos excepcionales que estoy llena de bendiciones y en su momento fuiste una de ellas, pero ya no más…
Te libero Miguel no te debo ni me debes, ambos seguiremos nuestro camino y si Dios quiere que nos encontremos algún día, no será para empezar una nueva relación, será para recordarnos por qué no estuvimos juntos. Quizás me alegre de verte o sonría y siga mi camino.
Hoy estoy convencida que no te quise, fue una ilusión por estar sola, pero comprendí que no estoy sola, estoy rodeada de amigos y eso vale más.