un fat?dico d?a:
??????????? ?Merc? hab?a faltado a la ?ltima clase de aquella ma?ana, lo que me extra?? un mont?n. Pens? que pod?a estar enferma. As? que fui a su cuarto, por si necesitaba algo. La puerta estaba cerrada sin pestillo.
??????????? Mari Mar se interrumpi? abruptamente. Como si un muro se hubiese interpuesto en su discurso. Pese a sus esfuerzos no pod?a seguir. Estaba? bloqueada, como esos mecanismos en los que una pieza se atasca en el engranaje e impide su funcionamiento.
??????????? Al cabo de dos interminables minutos intent? ayudarla:
??????????? ?Dec?as que la puerta no ten?a echada la llave.
??????????? Con determinaci?n, como si as? fuese la ?nica manera de proseguir su relato, Mari Mar continu? atropelladamente:
??????????? ?As? que la abr?. Y all? estaba… ella… la vi… s?… vi a Merc? en la cama, desnuda. Pero no estaba sola. Estaba… s?, con ella… estaba… tambi?n desnuda, s?… la madre superiora, Bernardette, la madre Bernardette. Y las dos… bueno… estaban haciendo cosas que no me imaginaba… que no sab?a.
??????????? Tambi?n yo me qued? estupefacto con semejante revelaci?n. Hab?a o?do que esas cosas suced?an. Se hablaba de ellas entre los chicos, claro. Pero uno nunca sab?a del todo si eran ciertas o no. Visto desde ahora, retrospectivamente, supongo que para nosotros se trataba como esas leyendas urbanas de hoy d?a, en que todo el mundo sabe de alguien que dice que han sucedido pero que nadie puede testificar que sean ciertas.
??????????? Yo ten?a ah?, sin embargo, la comprobaci?n de su existencia en el triste y s?rdido relato de mi amiga. No supe qu? contestarla. Me limit? a acariciarla suavemente, con delicadeza, casi sin tocarla, al notar un estremecimiento que no sab?a si era de emoci?n o de repulsa.
??????????? Mari Mar a?n permaneci? todo el mes de agosto en Zarauz. No imagin?bamos que aqu?l ser?a su ?ltimo verano en el Cant?brico, que pronto dejar?amos de verla. Volvi? a salir con nosotros, pero su actitud fue ya muy diferente. No bailaba en las verbenas. Tampoco le permit?a a Jon que se le aproximase. Mientras los dem?s not?bamos c?mo crec?an en nuestro interior las pulsiones er?ticas descubiertas con la edad, Mari Mar se encerraba en s? misma, como si su sexualidad hubiese sido erradicada por alguna mano invisible y misteriosa.
??????????? S?lo yo conoc?a el origen de aquel comportamiento. Quiz?, sin pretenderlo, ese fue el comienzo de mi inter?s por la sicolog?a, que me ha llevado a ejercerla profesionalmente en la actualidad. Entonces deduje que Mari Mar hab?a experimentado tal repulsi?n por el sexo despu?s de aquella traum?tica experiencia que, de resultas de ella, hab?a quedado como asexuada. Por aquellas fechas, una pel?cula de Roman Polanski interpretada por una torturada Catherine Deneuve ratific? mi incipiente teor?a sobre los traumas sexuales.
??????????? La Mari Mar de ahora, m?s madura y serena, me estaba mirando a los ojos con un punto de interrogaci?n. Yo no me hab?a dado cuenta de que, ensimismado en mis pensamientos retrospectivos, no la estaba hablando, sino que me hab?a concentrado en mi introspecci?n.
??????????? ??En qu? piensas? ?me pregunt?.
??????????? ?En ti. En qu? ha sido de tu vida.
??????????? ?Si quieres saber si me he casado, te dir? que no.
??????????? ??Novios? ?me atrev? a preguntar.
??????????? ?Tampoco ?me respondi?, con un indisimulado brillo de iron?a en sus pupilas.
??????????? ?Ya.
??????????? Nos hab?amos dicho todo lo que cab?a esperar en una conversaci?n tanto tiempo demorada como aqu?lla. Sab?amos que el nuestro hab?a sido un encuentro casual y probablemente irrepetible. No nos dimos ni nuestras direcciones ni nuestros n?meros de tel?fono. Mari Mar, de pronto, mir? su reloj de pulsera y dijo lo previsto en estos casos:
??????????? ??Vaya! ?C?mo ha pasado el tiempo! Ahora s? que se me ha hecho tarde? Y, mientras se levantaba, a?adi??: Tengo a mi socio de la galer?a de arte esper?ndome. No me queda m?s remedio que dejarte.
??????????? El beso de despedida, no s? por qu?, fue m?s fr?o que el del encuentro, al contrario de lo que suele suceder en estas ocasiones.
??????????? ?Adi?s.
??????????? ?Me alegro de verte.
?????????????Yo tambi?n.
??????????? Me fui dando vueltas al caso de Mari Mar y a su conducta vital asexuada a causa de su traum?tica experiencia. Ni un marido, ni un novio, ni nada de nada. Su caso, pens?, justificar?a el que escribiese un buen art?culo para la Revista de Psicolog?a del pr?ximo mes. S?, lo har?, me dije finalmente.
??????????? Rumiando ya su contenido, pagu? las consumiciones al camarero que hab?a acudido a mi llamada y me fui camino de mi consultorio.
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??????????? Mari Mar, acelerada por el retraso, entr? en la galer?a de arte de la calle Jorge Juan de la que era copropietaria. Su socia estaba dentro. Sola.
??????????? ?Hola, Merc?, cari?o ?la salud?, antes de darle en los labios un c?lido y amoroso beso.
??????????? Merc? Rovirosa la pregunt?:
??????????? ??De d?nde vienes, tan escopeteada?
??????????? ?Del pasado ?le respondi?, sonriendo, Mari Mar?. ?Te acuerdas de aquel Alberto del que te he hablado algunas veces, aquel amigo tontorr?n, enamorado de m?, que ten?a en Zarautz? Pues acabo de verlo.
??????????? ??Ah! ?Aquel que sab?a lo nuestro? ?Al que le contaste que t? y yo nos hab?amos enrollado?
??????????? ?S?. El mismo. Pero no vas a cre?rtelo. Todos estos a?os pensando que era la ?nica persona de mi pasado que sab?a lo nuestro y resulta que no, que el pobre hombre ni se enter? de lo que le cont?. El tipo siempre se ha pensado que era una mujer asexuada y que, en vez de enamorarme de ti cuando descubr? tu homosexualidad, resulta que eso me dej? traumatizada para siempre.
??????????? Y Mari Mar Colindres, recordando al buenazo de Alberto, al simpl?n de Alberto, que nunca se enteraba de nada, se puso a re?r abrazada a Merc? Rovirosa, su amiga, su compa?era, su amante, con la que llevaba conviviendo casi cuarenta a?os.
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2? premio del Concurso de Relatos Dulce Chac?n (2007)
Enrique Arias Vega (Bilbao) es un periodista y economista español. Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana \\”Terzo Mondo\\” y en el periódico \\”Noticias del Mundo\\” de Nueva York. Entre otros cargos, ha sido director de \\”El Periódico\\” de Barcelona, \\”El Adelanto\\” de Salamanca, y la edición de \\”ABC\\” en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación. En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico \\”Álvaro Cunqueiro\\” (2004), el de Novela Corta \\”Ategua\\” (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, \\”Convivir\\” (2006). Sus últimos libros publicados han sido una compilación de artículos de prensa, \\”España y otras impertinencias\\” (2009), y otra de relatos cortos, \\”Nada es lo que parece\\” (2008). Es autor, también, entre otras obras, de la novela \\”El ejecutivo\\” (2006), de la que ya van publicadas tres ediciones, de \\”Ir contra corriente\\” (2007), \\”Valencia, entre el cielo y el infierno\\” (2008) y una antología de semblanzas bajo el título de \\”Personajes de toda la vida\\” (2007). Enlaces externos: Reseña en \\”Red mundial de escritores en español\\”
Resabios Música y Texto:pedro Pagliai Montaje: Sebastián Rivera 2009