Recuerdo mi primera experiencia sexual: en cuestión de sensaciones eróticas me sentí decepcionado.
Pero lo que fue sorpresivo fue el dormir con mi hermosa novia y despertar a la mañana siguiente, con ella entre mis brazos y sintiéndome inmensamente feliz, espiritualmente pleno, relajado, sereno, en paz… y sentía aun más amor hacia mi pareja ¡Que delicioso sosiego interior! Comparable con el éxtasis de disfrutar un bello paisaje adornado por ríos, árboles, el amanecer y el aire fresco en la naturaleza.
Por experiencia propia descubrí lo que da tener una relación sexual por amor: una inmensa y deliciosa paz interior.
Pero no todos son tan afortunados como yo. Una novia me decía que su primer acto sexual fue un acto de rebeldía, que quería quitarse la etiqueta de “virgen” para que la gente la valorara por lo que era, no por su virginidad, y me confesó: “De los nervios no sentí nada… y bueno, si duele…” ella le preguntó a varias amigas acerca de su primera relación, y la mayoría coincidió en decirle que sus experiencias habían sido algo traumáticas y decepcionantes.
Otros amigos me compartirían que fueron con prostitutas para perder su virginidad “de los nervios, ni se te para” me dijeron.
En una investigación que se hizo entre universitarios, arrojó resultados interesantes. Los jóvenes que decían que sus experiencias sexuales habían sido decepcionantes fue el doble de los que mencionaron que fueron satisfactorias.
En lo personal, se que el sexo no es substituto del amor que nace del conocimiento profundo de tu pareja, aunque es un maravilloso complemento.